"El campo deportivo" - Marisa Potes



Imagen Propia
Fui encontrando un momento para cada una de las historias de la autora. De a poco fui construyendo mi “camino lector” con sus libros. Este camino comenzó con “Quería ser monstruo”, luego con “Mi barrilete vampiro” (fue una linda experiencia haberlo presentado en Polo Norte), siguió con “Marimosa”, “El campo deportivo” y continuará…
La tapa de esta nueva edición es muy atractiva (las ilustraciones de Javier Joaquín son muy atractivas). Parece que los chicos de la Técnica y la Científica llaman al lector para que se “sumerja” en el libro. Están muy bien elegidos los nombres de los personajes, me encariñé con cada uno de ellos, me cuesta elegir uno porque todos son distintos, cada uno con su personalidad, sus intereses, sus opiniones, etcétera. Admiro como podes mantener a tantos personajes y que no pierda sentido la historia. En todo momento, se sostiene.
No me quiero volver muy teórica (mi deformación por los años que estudié Letras) pero mientras avanzaba en la lectura pensaba en un concepto de la autora Vanina Papalini que se encuentra en: “Sobre la lectura como experiencia, como práctica y como herramienta”. El concepto es el de “apropiación” y lo describe de esta manera: “como un proceso subjetivo creativo y no solamente proyectivo. Implica que la lectura se convierta en experiencia, en el sentido de romper, cuestionar, transformar, completar: dejar huella”. Eso es lo que me paso a mí, esta historia dejó una huella, movilizó recuerdos, situaciones, experiencias de mi adolescencia y ¡me encantó que eso suceda!

Actualizada: 21 de septiembre de 2020

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