Citas textuales






La escritora Sylvia Molloy comentó que “las citas disparan relatos”. En mi caso, las citas, disparan nuevas lecturas. En esta sección, compartiré citas textuales, que los y las invitarán a “sumergirse” en nuevas historias.








#Cita33

Sus manos son como las de mi madre, pero hay algo más en ellas, algo que nunca antes sentí y que no sé cómo llamar. Me siento sin palabras, pero esta es una casa nueva y necesito palabras nuevas". (p. 22)


Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Tres luces de Claire Keegan, nueva edición revisada por la autora, traducción de Jorge Fondebrider, publicado por Eterna Cadencia, actualizada el 13 de agosto de 2024.

#Cita32

La vida no es justa. La comida que no toca siempre es para la gente que no toca. A lo mejor por eso luego me puse a trabajar de camarera, para darle la comida que toca a la gente que toca. Roberta dejó los muslos de pollo allí, sin más, pero es verdad que luego me llevó un montón de galletas, cuando acabó la visita". (p. 19)


Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Las dos amigas (un recitativo) de Toni Morrison, Epílogo de Zadie Smith, traducción de Carlos Mayor Ortega, colección narrativa, publicado por Lumen, actualizada el 05 de julio de 2024.

#Cita31

“Pero regreso a aquella mujer ciega que se me acercó, aquella que trabajaba con relatos entre mujeres de un pequeño pueblo en la Guajira, esa que me dijo: "Nos damos cuenta de que cuanto más contamos, más nos sanamos.” Los relatos, las ficciones que nos narramos a nosotros mismos, las novelas de nuestras vidas contadas a los amigos, a los conocidos o a los hijos, esa forma del arte que tienen todos los pueblos del mundo, son un camino para conocernos, para curar dolores y para vivir más despiertos". (P. 111)


Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Una lectora de provincia de María Teresa Andruetto, colección Lectores, publicado por Ampersand, actualizada el 02 de abril de 2024.

#Cita30

“Cuando empecé a trabajar en la novela pensaba que debía atenerme rigurosamente a los hechos en determinados asuntos, incluyendo su vida, como si el libro perdiera su razón de ser en caso de que yo cambiara los tambores indios, por ejemplo, y él tocara otro instrumento. Llevaba tanto tiempo deseando escribir sobre estas cosas, que pensaba que debía decir la verdad. Pero lo sorprendente fue que, después de registrarlas por escrito tal como fueron, descubrí que podía cambiarlas o eliminarlas, como si, con escribirlas una vez, ya hubiera satisfecho lo que tuviera que satisfacer .” (P. 54)


Referencia:
Este fragmento pertenece al libro El final de la historia de Lydia Davis, traducción de Justo Navarro, publicado por Alpha Decay, actualizada el 19 de diciembre de 2023.

#Cita29

“Después de más o menos una hora se dio cuenta de que empezaba a interesarse por la ciudad como un turista: los edificios altos, los maniquíes con sus pelvis hacia afuera, muy cerca del cristal de las vidrieras; los libros apilados en torres piramidales .” (P.114)


Referencia:
Este fragmento pertenece al libro La casa en llamas de Ann Beattie, traducción de Virginia Higa, publicado por Chai Editora. Este fragmento pertenece al cuento Horario de Greenwichactualizada el 30 de agosto de 2023

#Cita28
“No conocí a otras personas que, para buscar dónde vivir, examinarán más la casa desde el punto de vista de las comodidades de los libros que de los lectores. Lo imprescindible era poder desplegarlos en los anaqueles que hacían expandir o adaptar en módulos como un Lego gigante. El carpintero, de hecho fue parte del cónclave a través de los años .” (P.31)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Una casa llena de gente de Mariana Sández, publicado por CÍA Naviera Ilimitada Editores, actualizada el 30 de agosto de 2023

#Cita27
“Mi bordado estaba hasta el fondo de la maleta. Estaba bordando un árbol negro, con pájaros negros, sobre una tela también negra. Dalia no lo había visto todavía. Para el avión yo llevaba libros y música, un aparato lleno de canciones y unos audífonos, de esos de cordón, que podíamos dividirnos para escuchar las dos al mismo tiempo. Dalia decía que no sabía de música y que le gustaba la que yo escuchaba, que así aprendía.” (P.17)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Punto de Cruz de Jazmina Barrera, publicado por Almadía y Montacerdos, actualizada el 09 de agosto de 2023

#Cita26

“¡Nada era como yo lo había planeado! De repente tuve miedo de que mi fe en la vida que llevaba no resistiera, que todo lo que había construido se derrumbara y el sufrimiento volviera otra vez: en ese momento no sabía cómo me las iba a arreglar .” (P.50-51)


Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Segunda casa de Rachel Cusk, traducción de Catalina Martínez Muñoz, publicado por Libros del Asteroide, actualizada el 03 de julio de 2023

#Cita25

“El clima se mostraba insoportablemente hermoso todo el tiempo.” (Alimento para gatos, P.27)


Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Juego Limpio de Tove Jansson, traducción del sueco por Christian Kupchik, publicado por Cía Naviera Ilimitada, actualizada el 04 de mayo de 2023

#Cita24

“El jardín desbordado, yuyal seco, mete los tobillos entre los pinches y los atraviesa.  La Silenciada, una casa hecha de techos de caña, adobe y madera, algunas paredes de ladrillo, seis habitaciones y un altillo para ver la montaña. Galerías con piso en damero, enramada de parra y tres santarritas.” (P. 20)


Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Botánica sentimental de Mercedes Araujo, publicado por Lumen, actualizada el 04 de mayo de 2023

#Cita23
"(...) Su casa era de una escasez persistente, pero a mí me parecía un palacio. Recién llegados, eso creí que era, un palacio de techos altos y paredes sólidas con un patio en el centro y ese zaguán por donde la veíamos pasar, cuando salía a la vereda, a tomar unos mates en la brisa corta de esos días. Con el tiempo me di cuenta de que era una de las casas más humildes y viejas de la ciudad. Pero cuando llegamos, más bien me parecía una fortaleza. Cuando el miedo apretaba, me calmaba mirar esas paredes. Nunca había soñado con una casa tan entera." (p. 32-33)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Como si existiese el perdón de Mariana Travacio, publicado por Tusquets, actualizada el 04 de mayo de 2023

#Cita22
"Era una casa de cien años, pulida y suavizada por el viento, del mismo ocre intenso que la dura tierra de alrededor. Había otras construcciones en la finca, un corral, un cobertizo, un gallinero. Una choza de adobe asomaba cerca del muro al sur de la casa principal. No tenía un tejado de chapa como la casa grande. Lisa y simétrica, parecía haber brotado del suelo como una seta polvorienta." (p. 111) 

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Una noche en el paraíso de Lucía Berlin, traducción de Eugenia Vázquez Nacarino, publicado por Alfaguara. Es el inicio del cuento La casa de adobe con tejado de chapa, actualizada el 11 de enero de 2023

#Cita21
"Sus primeros recuerdos eran de platos, de una estufa negra -¡caliente! ¡caliente!- y de un piso brillante de baldosas cuadradas hecho de dos colores sobre el que gateó y caminó, y luego supo que se parecía a un tablero de damas, cuyas piezas saltaban unas sobre otras o eran comidas.” (p. 16)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Cosas pequeñas como esas de Claire Keegan, traducción de Jorge Fondebrider, publicado por Eterna Cadencia, actualizada el 06 de septiembre de 2022

#Cita20
"La pena es que soy tan desconfiada que nunca abro la boca para hablar de mí; pero las cosas siempre acaban demostrando que realmente es mejor no hablar". (p. 205)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro En estado de viaje de Clarice Lispector, selección y prólogo de Gonzalo Aguilar, publicado por Fondo de Cultura Económica, actualizada el 11 de mayo de 2022

#Cita19
"Por más lejos que una se vaya, algo siempre hace retroceder; una marca indicadora del lugar de donde se viene, del lugar de origen donde se situaron los comienzos. Una vivencia, olvidada por largos tramos, y que reaparece a la menor señal del afuera". (p. 16)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Ahí lejos todavía de Alicia Genovese, publicado por Zindo & Gafuri, actualizada el 05 de febrero de 2022

#Cita18
"Leía todo lo que ofrecía la biblioteca del colegio, formada de un modo totalmente arbitrario, y lo que conseguía prestado de mis profesores, libros de geografía y de historia, relatos de viajes, novelas y biografía, y me quedaba hasta la noche ante libros de consulta y atlas". (p. 65)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Austerlitz de W. G. Sebald, publicado por Anagrama, colección Compactos, actualizada el 27 de enero de 2022.

#Cita17
"Lo que tiene este patio son esas baldosas rojas que se volvían pizarra cuando venían chicos, los amigos de mi hijo, los primos, los sobrinos, llenos de mocos y gomeras con ganas de matar pájaros y para evitar las masacres yo les daba tizas.
Se tiraban de cuerpo entero al piso para dibujar.
Todos calmados, sin acordarse de las plumas y la sangre. Dejaban el suelo lleno de monigotes, de esfuerzo, y yo no los borraba. Dejaba los mamarrachos ahí hasta que llovía y el agua los limpiaba. 
Si había sequía, el patio quedaba pintado mucho tiempo, una semana entera podía durar. Los monigotes se iban deshilachando. Los dibujos se transformaban en otras cosas por las patas de los gatos, por mi ir y venir, por el roce del viento, de las hojas". (p. 52)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Otras cosas por las que llorar de Luciana De Luca, publicadoTusquets, actualizada el 26 de junio de 2021.

#Cita16
"Escribí <<mujer>> y escribí <<tiempo>> a propósito. Y luego el verbo, también tercamente elegido, <<doblegar>>. Mujer y tiempo y doblegar. O mejor dicho: <<mi tiempo>>". (p.17)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Cuando acabe el invierno de Mary Ann Clark Bremer, publicado por Periférica, actualizada el 15 de mayo de 2021.

#Cita15
"Pensaba en el abuelo señalándome unas perdicitas acuclilladas entre los rastrojos, un zorro cruzando el camino, el abuelo contándome su tierra, su historia, mostrándome los potreros, sonriendo ante lo logrado, detallándome los planes para la próxima siembra.
Los colores de la llanura en invierno. El abuelo danzando al ritmo de la música de las cosechas". 
(p. 113)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Los llanos de Federico Falco, publicado por Anagrama, Finalista Premio Herralde de Novela, actualizada el 19 de enero de 2021.

#Cita14
"La fresca del río, mientras los cruzaba el botero, los fue espabilando. Iban callados. El viejo hablaba solo. Por la falta de dientes o porque estaba acostumbrado a hablar solo, apenas si le entendían algunas frases sueltas". 

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro No es un río de Selva Almada, publicado por Literatura Random House, actualizada el 05 de noviembre de 2020.

#Cita13
"La cocina, quien lo habría dicho, resultó ser la habitación central de la casa. Era allí donde Rhoda había sacado más cosas de la maleta al llegar. Lenta y cuidadosamente había ido extrayendo de una bolsa tras otra objetos y utensilios de plástico, madera o aluminio; cacharros de piedra, alambre o baquelita; tazas y fuentes de loza y de mimbre; tarros y botes de cristal, cobre y porcelana. Había también cajas de comida, bolsas de redecilla y latas llenas de té, especias extrañas y mayonesa casera. Al parecer no había nada que le gustara más a Rhoda que arremangarse y preparar una comida elaborada, utilizando con gran premeditación la mitad de los chismes de la cocina. Decía que cocinar era una forma de crear arte y dar amor". (p. 58)

Referencia:
Este fragmento pertenece al capítulo Homenaje del libro Mirarse de frente de Vivian Gornick, publicado por Narrativa Sexto Piso, actualizada el 23 de octubre de 2020.

#Cita12
“Escribo en la cama” (p. 33)
“Escribo cada vez menos con birome, cada vez más con la computadora”. (p. 41)
“A veces escribo en la computadora con los ojos cerrados y me divierto pensando en las faltas de tipeo que revelará la lectura.” (p. 45)
“Estoy escribiendo este libro en la computadora, no quedará manuscrito.” (p. 82)
“Todo lo que escribo es cierto, pero ¿qué importa?” (p. 84)
“Me gustaría escribir en una lengua que no fuera la propia”. (p. 90)

Referencia:
Estas frases pertenecen al libro Autorretrato de Édouard Levé, publicado por Eterna Cadencia, actualizada el 21 de septiembre de 2020.


#Cita11
"La palabra biblioteca me detuvo.
Busco una, que me persigue desde siempre.
Es una visión de la infancia, obsesiva. 
¿Procede de una vida anterior?" (p.63)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro Charlotte de David Foenkinos, publicado por Alfaguara.

#Cita10
“Era también un lector atento de las novedades literarias que le mandaba por correo su librero de París, o las que le encargaba de Barcelona su librero local, aunque no seguía la literatura de lengua castellana con tanta atención como la francesa. En todo caso, nunca las leía por la mañana, sino después de la siesta durante una hora, y por la noche antes de dormir”. (p.19)

Referencia: 
Este fragmento pertenece al libro El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez, publicado por Sudamericana.

#Cita9
“Quiero hundirme en la literatura. Ella y yo tratamos de pasar la mayor cantidad de horas juntos”. (p.86)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro La vida escrita de Rodolfo Rabanal, colección Biblioteca Breve, publicado por Seix Barral. 

#Cita8
Actualmente estoy leyendo el libro El centro de la tierra. (Lectura e infancia) de Jorge Monteleone y quiero compartir cada fragmento del libro en el blog.
Por eso como no voy a tener paciencia para llegar al final del libro, hoy escribo esta cita textual:
“La lectura es el espacio donde se conjura el final de la infancia y donde a veces, si todo es favorable y si encontramos de nuevo aquella sensibilidad, las cosas nos vuelven a hablar y sentimos el canto de lo material como un nuevo comienzo. La lectura de un niño revela aquel pasaje de la infancia al habla y descubre sus tesoros como ninguna otra experiencia cuando ocurre por primera vez. Y por eso privar a los seres humanos de estas primicias es una violencia y un crimen contra la existencia misma porque además condicionará la vida futura.” (p.24)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro El centro de la tierra. (Lectura e Infancia) de Jorge Monteleone, colección Lectores, publicado por Ampersand.

#Cita7
“-Este es el Cuartel del Tiempo.
-¿Cuartel del Tiempo? ¿Qué idiotez estás diciendo?
El joven se puso de pie y le tendió una mano para ayudarla a levantarse.
-Ninguna idiotez. Fíjate. ¿No parece un Cuartel del Tiempo?
Laura miró mejor aquella habitación. Además de los relojes, había mapas, muchos mapas, calendarios de varias clases en la pantalla dividida en cuatro, que mostraba diferentes escenas.
Otra que tenía un montón de números blancos que cambiaban todo el tiempo y una biblioteca enorme que apenas se asomaba hasta un espacio grande.” (p.14)

Referencia: 
Este fragmento pertenece a la novela El Efecto Elefante de Marisa Potes, publicada por Del Nuevo Extremo.

#Cita6
“El día que vi a papá aplastar la mosca sobre el hule supe que había cambiado. Estas moscas de mierda nos van a traer una peste, había dicho mi hermana, y ahí nomás papá levantó la mano y se acabó. Usted me dirá que cualquier hijo de vecino mata a una mosca sobre el mantel. Pero yo le puedo asegurar que él no. Y le explico por qué.
Hay tres cosas sagradas para papá: los rosales del patio, el Fairlane y las manos limpias a la hora de comer. O por lo menos siempre había sido así hasta ese día. Como manías, vio.” (p.37)

Referencia:
Este fragmento pertenece al cuento Una inteligencia natural de Alejandra Laurencich que se encuentra en el libro Lo que dicen cuando callan; Editorial Alfaguara.

#Cita5
“En 1965 no sabía nada de Dora Bruder. Pero hoy, treinta años después, mis largas esperas en los cafés del cruce Ornano, mis itinerarios, siempre los mismos –recorría la calle Mont-Cenis hasta alcanzar los hoteles de Butte-Montmartre: el hotel Roma, el Alsina o el Terrass, en la calle Caulaincourt-, y todas las impresiones fugaces que conservo: una noche de primavera en que se oía hablar en voz alta bajo los árboles del parque Clignancourt, y de nuevo el invierno, a medida que bajaba hacia Simplon y el bulevar Ornano, nada de eso me parecía debido simplemente al azar. Quizá, sin tener todavía una conciencia clara, andaba tras la pista de Dora Bruder y de sus padres. Estaban ya allí, en filigrana”. (p.16)

Referencia: 
Este fragmento pertenece al libro Dora Bruder de Patrick Modiano, Seix Barral Biblioteca Fomentor.

#Cita4
“Levantó un libro del piso para hojearlo y encontrar a Víctor en el gesto. Sostenía el volumen a su manera. Pasó las páginas deteniéndose en las frases subrayadas, sobre todo en las anotaciones que Víctor escribía en los márgenes. Las leyó comparándolas con el texto impreso.
Solo él era capaz de urdir esas maravillosas relaciones. Si: Víctor leía siempre con un lápiz en la mano. ¿Qué libros había leído con el que ella apretaba la boca?”. (p.28)

Referencia:       
Este fragmento pertenece al libro Tratado sobre las manos de Miguel Vitagliano, Eterna Cadencia Editora. 

#Cita3
“Su abuela le dijo una de esas tardes en las que monologaba, un poco hipnotizada como solía estar por ciega y perdida en el bosque quemado de su mente, que una mentira puede fundar una familia, y que el amor es una excusa que enseguida se prende fuego en el living. Y aunque Clara pensó que lo del fuego era una imagen involuntariamente poética de una anciana senil, después se enteró de que su papá realmente había prendido fuego la casa.
-Puso todas las cosas de mamá sobre una mesa y las roció de alcohol. Tuvimos que salir corriendo con lo que teníamos y perdimos la casa, perdimos todo- dijo la abuela”. (p.65, Buena madre)

Referencia:       
Este fragmento pertenece al libro Los mejores días de Magalí Etchebarne, editorial Tenemos las máquinas.

#Cita2
“Al releer Ana Karenina pienso en dos lugares comunes que pertenecen al universo de la recepción de la novela.
Dos tópicos que se citan como garantía de perfección o de excelencia. Se dice que “es una de las cimas de la novela”. Frase hecha que terminó como clisé poblando contratapas de innumerables ediciones. Y el otro lugar común, que considera tanto a Tolstoi como a su literatura: “Más grande que la vida”. Para un hombre que observó con la misma pasión las abejas, los árboles, los animales y los seres humanos no podía haber nada más grande que la vida. Sin embargo, le guste o no al autor, su literatura, como pocos otros casos, decantó estas dos formas tópicas; visiones universales, icónicas, aplicadas particularmente a Guerra y Paz y a Ana Karenina. Como si, reunidas todas las posibles lecturas de todos los posibles lectores en un crisol, diera por resultado el molde del lugar común”. (p.90, Ana Karenina: una lectura)

Referencia:
Este fragmento pertenece al libro La vida invisible de Sylvia Iparraguirre, colección Lectores dirigida por Graciela Batticuore, editorial Ampersand.

#Cita1
“Algún día se treparía a un coche y se alejaría para siempre de todo. Atrás quedarían su padre, la iglesia, los hoteles. Quizá ni siquiera buscaría a su madre. Solamente echaría el auto hacia delante, siguiendo la cinta oscura del asfalto, dejando, definitivamente, todo atrás”. (p.106)

Referencia:
Este fragmento pertenece a la novela El viento que arrasa de Selva Almada, colección ficción, Mardulce.

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